viernes, 5 de noviembre de 2010

Mateo 20, 29-34



Cuando salieron de Jericó, mucha gente siguió a Jesús.
Había dos ciegos sentados al borde del camino y, al enterarse de que pasaba Jesús, comenzaron a gritar: « ¡Señor, Hijo de David, ten piedad de nosotros!».
La multitud los reprendía para que se callaran, pero ellos gritaban más: « ¡Señor, Hijo de David, ten piedad de nosotros!».
Jesús se detuvo, los llamó y les preguntó: « ¿Qué quieren que haga por ustedes?».
Ellos le respondieron: «Señor, que se abran nuestros ojos».
Jesús se compadeció de ellos y tocó sus ojos. Inmediatamente, recobraron la vista y lo siguieron.

¿En que áreas de mi vida personal y de la vida experimento mayor ceguera y quiero pedir a la visión de Jesús?

¿En que áreas de la sociedad en que vivo experimento mayor ceguera y deseo pedir la luz de Jesús?

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