lunes, 16 de mayo de 2011


 

Todos ejercemos algún tipo de poder… pero la cuestión es como usamos este poder ¿construimos o destruimos?, ¿favorecemos el crecimiento del Evangelio o lo detenemos? …

Café y teología

Miércoles 18 de mayo de 2011

14:00 -14:45 hrs.
Sala CID


“Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra...” Mt 28,18


Estimadas y estimados:
En nuestra  última sesión nos deleitaremos en la lectura, reflexión y comentarios referentes al texto de Mateo 28, 16-20.
Este texto nos transporta inmediatamente a una serie de Iconos, llamados “El Pantocrator” del griego que significa el que tiene todo el poder.
Este Texto es muy apropiado para este tiempo litúrgico entre la Pascua y Pentecostés, pero sobre todo para reflexionar sobre este poder que tendríamos los cristianos para influir en nuestra sociedad y en las situaciones que enfrentamos en el presente. Pero también en nuestras vidas personales y familiares.

Bienvenidas/os y ¡nos veremos junto al café!
AM

1 comentarios:

Margarita dijo...

Les comparto algunas ideas que platicamos en esta sesión de Café y Teología. Antes quisiera agradecer a todos los organizadores de este espacio. ¡Gracias por hacerlo posible!

1. "Bautizar a la gente" es más bien "sumergir" a las personas en el conocimiento del Padre, Hijo y Espíritu Santo. Esa sería nuestra misión como maestros UDEM.
2. Todos ejercemos algún tipo de poder. El que usa el poder para servir, promueve a los demás y hace que crezcan.
3. La Iglesia recibió un "poder". ¿Cómo lo ha ejercido a lo largo del tiempo? ¿Abusó de este poder? ¿Y ahora, nosotros, tomamos el pretexto de la "tolerancia" para no dar testimonio? Lo importante es encontrar ese justo medio.
4. El hermano Lalo nos compartió no utilizar el término de "hermanos separados", porque puede ser despectivo, sino nos propuso: "hermanos de otras confesiones cristianas".
5. Se requiere de mucha humildad para buscar la unidad (entre los cristianos y entre la humanidad). Y una postura de auténtica espiritualidad.
6. Mantenernos en lo esencial, en el resto podemos ser tolerantes.
7. Hablar con palabras pero sobre todo con obras. Para ser congruentes, necesitamos la oración. ¡Y la oración en serio!

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