Entonces Jesús dijo a sus discípulos;
“Yo les aseguro que un rico difícilmente entrará en el Reino de los Cielos. Se los repito, es mas fácil que un camello entre por el ojo de una aguja, que el que un rico entre en el Reino de los Cielos. Al oír esto, los discípulos, llenos de asombro, decían: Entonces, ¿Quien se podrá salvar?
Jesús mirándolos fijamente, les dijo: “Para los hombres esto es imposible, mas para Dios todo es posible” (Mt 19, 23-26)
Una ocasión me pregunto un doctor en economía de la Universidad de Monterrey, si este texto se refería a los ricos literalmente o si sólo tendría alguna aplicación espiritual. El contexto es el diálogo de Jesús con el Joven rico y además la situación de una comunidad mateana que vivía en su interior la problemática de gente muy adinerada y gente muy pobre, creo que no cambia mucho la situación actual. Y ciertamente las palabras de jesús se refieren a las riquezas materiales, pero también a la riqueza del egoísmo que hay en nosotros los seres humanos que no nos permiten compartir con otros los talentos, dones y bienes materiales que Dios nos ha dado, esto para los hombres es imposible, pero cuando nos atrevemos a hacerlo, es porque Otro nos a dado el empowerment.
Este pasaje nos abre algunos interrogantes para la reflexión:
¿Tendrán alguna responsabilidad las naciones ricas de ayudar a las pobres?
¿Qué riquezas me impiden compartir con los más necesitados?
¿Valdrá la pena conocer el ambiente cultural (Sitz im Leben) en el que fueron redactados los evangelios?
¿Cómo relaciono el ser rico en este texto con el ser pobre de espíritu que Jesús propone en este mismo evangelio ( Cfr. Mt 5,3)